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Marianela Vargas

Poeta

 

Marianela Vargas Umaña nació en San José el 06 de diciembre de 1958.

Cursó sus estudios primarios en la Escuela Julia Lang y los secundarios en el Colegio Superior de Señoritas.

 

En 1982 se gradúa de Doctora en Microbióloga Química Clínica en la Universidad de Costa Rica y en 1996 de Magister Scientiae en Química Clínica en la Universidad de Costa Rica.

 

Actualmente se desempeña como profesora en la Facultad de Microbiología de la Universidad de Costa Rica.

 

En mayo del 2005 ingresa a los talleres del Círculo de Poetas Costarricenses, liderados por Jorge Debravo y Laureano Albán desde 1961. Pertenece al Movimiento Literario Trascendentalista y actualmente es miembro del Grupo Literario Poiesis.

 

Publicó el poemario “Fruta indescifrable” en el año 2010, donde se aborda la vivencia amorosa desde una perspectiva íntima femenina e incorporando elementos de la naturaleza y su danza.

 

Entre sus poemarios inéditos “Desplegaria” trae a nuestra época a la mítica Scherezada de las “Mil y una Noches” para que nos cuente lo que sintió, lo que pensó y no solamente sus historias. “Entrelunas” transita las fases del amor desde la culminación plena hasta la vasta oquedad del desamor.

Portal extrovertido del aire

del libro "Fruta Indescifrable"

 

 

 

Ya no miro la hoja:

solamente estoy en ella.

El río soy ya sin un nombre,

en el águila vuelo

y la trasciendo…

Hacia el portal extrovertido del aire

desnudamente me abandono.

 

Ya no hay sitio para ataviar olvidos,

ni alimento para su inútil memoria.

Tampoco viven los recuerdos del sol,

aquí, donde no hay más que aquí:

al final de la semilla.

 

Se destruye el sueño del color,

el sueño de la lengua

y de la piel.

 

En la pureza de la fruta

abierta me desnudo.

Después de ser este enorme vuelo

sólo queda la nada del todo:

nada suave,

nada sutil…

 

Convergen incontenibles mis velos,

ya sin el sueño del tiempo,

que tampoco es la sed del hombre.

Ya sin el beso del hambre,

ya sin ti, ya sin él…

ya sin mí.

 

El modelo

 

Su regazo amplio

se desborda en los zaguanes de mi niñez,

levanta en abrazos a la familia,

posa mi cabeza en un delantal,

los surcos en su rostro lo dibujan,

son muchos sus pasos

dando vueltas por la casa.

 

En el aula vibra,

más allá de la tinta se apasiona ,

un conocimiento sutil lo engloba,

lo lanzo al cielo

y en los ciclos del agua desvanece.

 

Baraja las revistas de mi juventud,

sin pasarela se arrastra por las páginas

y se redime en un espejo,

habitante sin maquillaje en su laguna.

 

Moldea mis visiones en la piedra,

cautiva estatuas en la ciudad,

las torna próceres

y su verdad me llega desconocida,

no tiene calzado en pies humanos.

 

Lo descifro en los templos,

su éxtasis explota desde mis rodillas,

en mi pecho se torna geometría

hacia la duda de mártires en los vitrales.

 

Lo encuentro siempre inconcluso

con un cristal ambiguo en la pupila,

su luz se embriaga al filo de mi certeza.

Habito los recovecos de su ruta

y lo pierdo en una vuelta a la manzana.

 

Creo alcanzarlo

y el modelo constantemente se rehace,

tan libre siempre corretea,

apenas logro verlo

desaparecer.

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