Marianela Tortós Albán
Nació el 13 de abril de 1967 en San José de Costa Rica. Secretaria, Técnica en Administración de Empresas, y Técnica en Salud y Seguridad Ocupacional de profesión.
Participٕó en siete ocasiones del Encuentro Mujeres Poetas en el País de las Nubes en Oaxaca, México.
Ha promovido y colaborado en la promoción de intercambios poéticos nacionales e internacionales, incluyendo el Encuentro Internacional “Poetisas en Paraíso” realizado en Paraíso de Cartago en julio de 1999, con la participación de poetas de siete países.
Ha participado en los talleres literarios Círculo de Poetas Costarricenses dirigido por el poeta Laureano Albán; Poiesis, dirigido por el poeta Ronald Bonilla; y actualmente es miembro del Comité Ejecutivo del Portal Literario Hojas sin Tiempo, dirigido por la poeta Leda García.
Sus poemas han sido publicados en variadas antologías y revistas de Costa Rica, México, Argentina, Brasil, Nicaragua y España (Opera Prima).
Tiene a su haber publicaciones de autor: Cuadernillo de poemas, La llama triple y Árbol de tus manos.
Publicación: Mar de día – Mar de noche, Mas siempre Mar (2016).
Actualmente tiene algunos poemarios inéditos en espera de publicación. En recopilación continua: Las luces del camino (mini pensamientos de aprendizajes en la vida).

DESRAIZAMIENTO
Porque hoy la vida
desde mis ojos
aplasta la alegría de Dios
en todos los abismos que soy.
Por eso hoy no sonrío
ni al colibrí del niño más insospechado.
Las sombras golpean
la única ventana
desde donde palpita agónico
el horizonte difuso
de ninguna marea,
de ninguna algarabía,
de ninguna luz…
Sumida, soy neblina
demasiado separada de Sus Manos.
El barro deja un salobre paso
en cada tormenta y ser humano que me toca.
Por eso no me toquen.
No tengo ya raíz
en ninguna esperanza,
como decir el soplo consumido
de todos los futuros.
Y es solo la muerte
el equipaje que rebusco en las gavetas
apagadas de mis nombres de antaño.
La muerte y su irreverencia
de soluciones instantáneas.
Tanta lucha y tanta lágrima
ahogadas en ríos que ya no corren
son solo la inseparable incertidumbre de la Luz.
Por eso no me toquen…
se pudrieron las raíces.