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Ana Patricia Urrutia

Poeta

 

Ana Patricia Urrutia Pérez, nació en Ciudad Guatemala en 1952.

Amante de lo que es justo y digno. Orgullosa de ser madre, amiga y abuela.

Aficionada a escribir, cuidar, leer, sonreír y soñar.

Profesora de educación media, historiadora, coreógrafa, bailaora de flamenco.

Ganadora de varios certámenes de prosa y verso.  (Ageco 2013, 1er lugar en poesía infantil) 

Publicaciones en 5 antologías.

Actualmente, en la editorial de la UNED está su primer libro de rimas infantiles para ser publicado.

 

ACERTIJO

 Es arpegio a la medida

de mi anhelo,

sabe a trino

consonante con mi verso,

tiene aroma de garúa,

la que asciende crepitante

en el tiempo exacto de mi acaso

y se torna sinfonía

en el dulce del café cada mañana.

 

De cuando en vez,

un tremor de alas

sobrevuela mi penumbra,

mas sabe mostrarme la quietud del

                                                lirio

 y ejecutar la verónica perfecta.

 

Habita la diana de mi pecho

como la marea a la bahía

y su albor se mira con asombro

en la niña de mis ojos.

¿Adivinas si te digo

que hamaquea  su existencia

 

en la furtiva sonrisa del instante

y en el menguante de azogue

asomado entre los pliegues

                                    de la mar?

 

Delíneo bien su retrato,

sí, es él.

Mas esta acuarela, obra de Afrodita,

sufre de un color inconsistente

porque es espejismo de un oasis

al que llegamos tarde los dos.

-Ana Patricia Urrutia

EN EL BUS

 

 

 

Por el espejo de mi labial

en el asiento trasero,

divisé unas gafas,

que sin ver,

desde su penumbra

me miraban.

 

Detuve el delineado de mi boca,

observé.    

 

En la parada anterior,

subió un bastón blanco

con un hombre en la punta,

que daba pasos de ciego         

hacia un asiento invisible.

 

Suspendí, del maquillaje, el retoque,

el pulso me tembló.

 

Guardé el labial,

guardé el espejo retrovisor,

guardé, de su rostro, la mueca,

doblé sus tinieblas cual pañuelo

y, hasta mi aliento guardé   

en la boca abierta,

en la boca seca,

en la boca oscura

de mi bolso.

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